SOPORTES

Lienzo

El soporte mas difundido para la pintura al óleo es el lienzo; nombre genérico con que se designa los distintos materiales de origen textil. Estos pueden ser de:

            • Yute

            • Cá­ña­mo

            • Li­no

            • Lo­na

            • Lo­ne­ta

            • Al­go­dón (liencillo)

La trama y el grosor de la tela determinan el efecto de acabado pictórico, confiriendo, o nó, a la pintura, determinada textura característica.

La tela se dispone sobre un bastidor de madera que permite tensarla, por medio de cuñas dis­pues­tas en cada uno de sus ángulos.

Si uno quiere confeccionar su propio lienzo (en el mercado ya existen preparados, de di­fe­ren­tes calidades y precios) puede proceder de dos maneras diferentes: la mejor es adquirir en el comercio un bastidor con cuñas del tamaño elegido. La otra es hacerse o mandar a hacer un bas­ti­dor fi­jo, es decir con los cuatro ángulos clavados y encolados, procurando que las aristas su­periores esten lijadas, para no marcar ni dañar la tela.

La diferencia entre el primer y segundo caso, es la posibilidad que tiene el bastidor con cuñas del tensado de la tela, que ya sea por la humedad ambiente o de la propia pintura, suele aflojarse, ondeándose. Unos golpecitos en las cuñas, bastan para corregir y tensar nuevamente la tela.

Una vez acabado el bastidor se procede a colocar la tela en cuestión (es fundamental comprobar que el bastidor está en perfecta escuadra). Se corta un pedazo de liencillo (al comprarlo elegir el de tra­ma cerrada y de grosor conside­rable) que mida 10 cm. más que el bastidor, es decir que sobren 5 cm. por lado. Se alinea el bastidor de manera que los listones queden paralelos a los hi­los verticales y horizontales de la trama de la tela.

Puede utilizarse para el clavado, tachuelas o grampas. En caso de utilizar tachuelas es recomendable ante­poner entre estas y la tela un pedacito de cartón , para evitar que el posible óxido de las tachuelas llegue a la tela.

Se procede a clavar por el centro de cada listón, estirando la tela (se formarán pliegues en for­ma de rombo. Luego se sigue clavando lado por lado y desde el centro hacia los extremos. Ver el orden de clavado en la imagen siguiente.

La tela debe quedar bien tensa, por lo que antes de insertar cada clavo, se estira horizontalmente con la otra mano. Las esquinas se rematan doblando la tela como indica la imagen siguiente.